Es tiempo de serenidad y calma

Cuando empieza el frío de verdad y se acerca el tiempo donde estar recogido y en casa es el mejor regalo, sucede algo extraño que nos saca de ese recogimiento y reflexión. Empiezan a aparecer las luces de navidad en las calles y, con ellas viene de vuelta una sensación inquietante de todo lo que queda por hacer antes de que acabe el año.

Este mes y medio se convierte en un ir y venir que nada tiene que ver con lo que realmente necesitamos, que es parar y volver a nuestro centro, encender esa luz en el interior que nos puede guiar a través del invierno y poder dedicarnos a vivir con la infancia que nos rodea en el calor del hogar.

Siempre me ha parecido una gran contradicción el exceso de compromisos, cenas y eventos que aparecen a finales de año… Llegamos a las navidades exhaustos, tras una gran carrera por tenerlo todo listo y apunto, sin la presencia y la calma necesaria para disfrutar de las reuniones íntimas, o de tardes largas con la infancia, haciendo galletas y dando calor al hogar.

Y por eso, este año me he adelantado para compartir contigo esta reflexión… Aún estamos a tiempo para poder organizarnos sin dejar todo para el final y también para reducir la cantidad y la complejidad de los eventos que están por llegar.

Es un gran descanso elegir aquellas reuniones que realmente nos llenan el corazón y prepararlas con presencia y mimo, con calidez y atención. Y dejar a un lado todo lo superfluo, todo aquello que realmente no nos apetece y quizá hacemos por compromiso, dando su lugar a lo que nos importa de verdad.

Y lo mismo con los regalos, es importante elegir aquello que sabemos que alegrará a nuestros seres queridos, sin excesos, sin comprar por comprar, sintiendo realmente a la otra persona, pensando también en el medio ambiente escogiendo materiales sostenibles en vez de plástico, artesanía en vez de producción industrial, cercanía…

Ojalá estas palabras, aunque un poquito tempranas, te ayuden y te acompañen para preparar un final de año sereno, alegre, presente y lleno de cariño, amor y paz verdadera.

Si sentimos esa paz y esa serenidad en nuestro interior, seremos capaces de hacer que brille y se expanda a nuestro alrededor, como un farol en una noche oscura…

Que el frío del otoño te acompañe hacia el interior y se encienda tu luz.

Un gran abrazo y feliz tiempo de San Martín.

Sara

Pd* Para fomentar que evitemos las prisas del último momento y que te lleguen con tiempo mis libros, a partir de hoy y hasta el 9 de diciembre, voy a acompañar cada pedido con una postal impresa de una de mis acuarelas, firmada y dedicada especialmente para ti.

Sara Justo Fernández. Maestra y formadora en pedagogía Waldorf.

Asesora de familia sobre temas educativos, de aprendizaje y crianza.

Autora de los libros Crecer para educar y El tesoro del tío William.

«Procura reservarte momentos de quietud interior, aprendiendo en ellos a discernir lo esencial de lo no esencial»

Rudolf Steiner

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